Los deberes de mis hijos se convierten en tareas mías.
Toma nota de los consejos de nuestro psicólogo para que no sientas que los deberes de tus hijos son tareas tuyas.
Las tardes se están convirtiendo en una pesadilla, llego a casa y me divido entre mis hijos para hacer los deberes, que ya parecen tareas mías. Mis padres no controlaban mis ejercicios, mi única responsabilidad eran las notas. ¿Cómo hago que mis hijos sean más independientes? Silvia (Girona)
Muchas madres se hacen la misma pregunta. No entienden cómo es posible verse ellas mismas o a sus amigas agobiadas con los deberes del niño como si fueran suyos. Ni a ellas ni a sus hermanos les hacían sus padres las tareas. ¿Qué está pasando ahora? La respuesta es simple: algunos padres confunden los términos y en lugar de ayudar a sus hijos les solucionan la “papeleta”.
Lo más importante es enseñarles a planificar sus tareas hasta convertirlas en hábitos de estudio eficaces. Tu papel es motivarlos, despertar su interés e inculcarles que aprender cuesta trabajo pero luego reporta muchas satisfacciones; entre otras, alcanzar sus propias metas aunque por ahora sólo sean tu reconocimiento a su esfuerzo y la satisfacción de sacar buenas notas.
El hábito de estudio requiere de alguien que lo estimule. De ti depende crearlo y facilitarles el ambiente y las pautas más adecuadas para que tus hijos aprovechen su tiempo. Para ello:
El espacio es muy importante. No hace falta que tus hijos dispongan de mucho sitio, pero sí que sea un lugar tranquilo y en el que ellos se sientan cómodos.
Su agenda debe ser una de sus armas de trabajo. Enséñales a ser disciplinados, a planificar el tiempo para cada tarea, a ser responsables para tener sus trabajos a tiempo y sobre todo a cumplir a diario un horario de estudio.
El mismo horario para todos los niños de la casa. Cuando hay varios niños, es muy importante para que no se molesten unos a otros. Los juegos y la tele, para toda la familia, cuando hayan terminado.
Tus intervenciones en ocasiones les vendrá bien, pero enséñales a buscar ellos mismos las respuestas a sus dudas.
Sé paciente y positiva, motivándoles. Escucharles y premiar sus avances despierta su entusiasmo.
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